Allá por el año 1914, el arquitecto Aníbal González imaginó en su cabeza el diseño de la Plaza de España, y como era un apasionado de la lectura, decidió instalar estanterías anexas en cada uno de los bancos de las provincias que componen la plaza. Y lo hizo con una intención clara, que la plaza se convirtiera en el futuro en una biblioteca al aire libre en la que los ciudadanos pudieran compartir e intercambiarse libros.
En el pasado, la plaza y otros monumentos de la ciudad ya fueron 'templos' de la lectura, cuando glorietas como la de Bécquer o la de Quevedo eran auténticas bibliotecas en las que se podían encontrar todos los libros de ambos escritores. Pues bien, por fin el sueño del arquitecto Anibal González vuelve a cumplirse.
Durante todo el día de ayer, los sevillanos que asistieron a la Plaza de España contemplaron además de los distintos elementos que la componen, una gran cantidad de libros. La iniciativa parte de la editorial Punto Rojo libros, que como homenaje al centenario del recinto ha decidido donar todos los ejemplares para el disfrute de todos los visitantes.
Pero, como toda iniciativa cultural, el 'feed-back' entre editores, autores y lectores es muy importante. "Animamos a todos los lectores a que vengan, busquen un libro que les guste, se lo lleven a casa, lo lean y cuando terminen que lo devuelvan y traigan otro que les guste y que quieran compartir con alguien más", explica Enrique Parrilla, director editorial de Punto Rojo libros.
Esta idea llega en un momento complicado para las bibliotecas públicas, puesto que hace unos días el Gobierno incluyó en el Boletín Oficial del Estado un canon para estos recintos, de modo que tendrán que pagar un dinero por cada libro que presten a los ciudadanos. Por ello, y porque muchas editoriales cuentan con un exceso de producción y devolución de libros en sus almacenes, Punto Rojo libros ha decidido poner en marcha esta iniciativa, señala Parrilla. Si hay algo que ha cambiado respecto al pasado, y es la forma de divulgar la idea, que como no podía ser de otra manera en una época tecnológica, ha sido a través de las redes sociales.
La plaza contaba ayer con casi 2.000 libros, pero la editorial asegura que si la iniciativa tiene éxito continuarán trayendo ejemplares. Entre ellos, la mayoría son de autores sevillanos y de Andalucía, aunque también se pueden encontrar libros en inglés, siendo la mayoría de temática narrativa y ficción, asegura el director editorial de Punto Rojo.
Hay muchos autores que han decidido sumarse a la iniciativa, algunos locales como Manuel Baro Marín, que a sus 82 años publicará próximamente ¿Cuándo se tuerce el dedo de Dios?. "Aunque ahora se lee más en internet, al verdadero lector le gusta palpar", señala, y otros internacionales como el iraní Reza Hoissenpur, escritor y médico en el Hospital Virgen del Rocío. "Es una idea muy interesante, yo he recibido la invitación y he traído mi libro", explica Hoissenpur.
Todo el mundo puede participar en este 'disfrute' de cultura. La única premisa que se debe cumplir es ser una apasionado de la lectura y llevar los libros favoritos para intercambiarlos con el resto de la gente.
Fuente: El mundo
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